
Le dijo que la amaba pero que no podía quererla bien...
...y la dejo ir y venir cuantas veces fuera necesario.
Le dijo que la luna estaba entre sus dedos y las estrellas en su chaqueta, y si quería se las prestaba para que la acompañaran en sus noches solitarias.
Le dijo que el viento soplaba en su cara susurrándole secretos de su corazón y que quizá sean los mismos secretos y que quizá ambos vean cosas que los demás no pueden ver.
Le dijo mil veces mil momentos, le dijo la vida y le dijo la muerte, le dijo el paraíso y el infierno en una sola canción, la miró tantas veces tan bonito sin darse cuenta, la abrazó tan de lejos que calentó sus sábanas, le dio la estrella de metal que cayó entre los libros, le mostró las flores más hermosas...
...y se fue.
Anduvo por los paisajes más extraños, más fríos, más calientes, ella esperó sin saber... ella soñó despierta y sin notar que lo extrañaba tanto, ella miró la hoja de limón, la probó y cayeron las lágrimas mas amargas entendiendo que jamás se desligarían sus corazones o al menos continuarían con esas historias de "andar juntos de la mano", como en algún invierno lo pudieron hacer.
Anocheció, ella se durmió, se adormeció y olvidó sus ganas de extrañar (lo había extrañado como nunca quizo extrañar a alguien).
Le dijo que volvería y volvió... ella aceptó, lo abrazó, lo besó, le dijo... se dijeron tantas cosas... se escucharon tantos cuentos en esa habitación, se fumaron tantos cigarrillos y se bebieron tantos "vinos", se sintieron tantos recuerdos que todo pasó veloz en sus mentes y pasaron las horas entre humo y calor y...
...y será por que sus vidas se separan y se juntan cuantas veces sea necesario...
Le dijo que se iba y tal vez no volvería... se iba y definitivamente volvería...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario