
Y... casi no habla, con las justas se arrepiente.
Sólo duerme día y noche y a veces sopla velitas de cumpleaños cantando una canción de cuna.
Siente el aire en sus manos, alborota sus cabellos y se sienta a esperar una llamada de un ser sin voz.
Sueña cuando habla...
Corre cuando espera y se alimenta de ocasos tenebrosos...
Bebe agua del caño y respira para no callar sus susurros esforzados.
Sonríe a sus fantasmas y les sopla las migajas de sus ilusiones dibujando los momentos más estáticos de un futuro mudo e incoloro acompañado de escarcha entre sus pasos.
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